viernes, 31 de julio de 2015

Creo en un periodismo de sentimientos: Pascual Serrano



Ya se sabe que el periodismo está en crisis y la pregunta recurrente es ¿cómo lo recuperamos? ¿Cómo lo rescatamos del albañal en el que lo han sumergido aquellos que solo ven en este oficio una forma de ganar plata y nada más?

El análisis es fácil y la respuesta sencilla. Rescataremos al periodismo volviendo a las raíces del oficio. Enarbolando los valores que convirtieron al periodista en un ser comprometido con su entorno que denunciaba al político corrupto y al banquero abusivo. Rescataremos al periodismo leyendo y pensando lo que dicen personas como Pascual Serrano. Y lo dice de manera sencilla y contundente. “La razón de ser del periodista es el compromiso, la honestidad, la veracidad y la rigurosidad informativa”. Listo.

Hay que contar la noticia con sentimiento y emoción dice Pascual Serrano. Aquí una entrevista que nos ayudará bastante a entender el porque de la crisis del periodismo y las posibles soluciones a este problema. 


Disfrútenla.


Creo en un periodismo de sentimientos: Pascual Serrano

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz

En su libro Contra la neutralidad, Pascual Serrano reivindica el activismo periodístico a través de las experiencias de cinco legendarios reporteros pletóricos de “sentimientos y emociones”.

-¿Por qué el periodismo tiene mala prensa?

“Porque los grandes medios de comunicación actuales se quieren presentar como objetivos, neutrales, imparciales e inmaculados. Y, evidentemente, no lo son. Solo la selección de las noticias supone un sesgo inevitable. Al final, el periodista no puede aplicar ningún sentimiento, ningún posicionamiento, sino simplemente el de la línea editorial”.

-¿Cómo hay que contar lo que pasa?

“Con sentimiento y emoción”.

-¡Ya!

“Hay buenos y malos, valores y principios. Defiendo el ejercicio de un periodismo con mucho más contexto, con mucho más análisis”.

-¿Cuál es el predominante?

“El periodismo de cifras, de datos, el de la inmediatez y la brevedad”.

-¿Ese no sirve?

“No favorece la comprensión de la realidad del mundo”.

-¿Entonces?

“Confío en un periodismo activo que persiga la noticia, que analice e interprete los hechos”.

-¿Para qué tanto rodeo?

“Para decir la verdad”.

-¿La verdad interesante o la interesada?

“Hablo de un periodismo que, además de un instrumento de información, sea una herramienta de pensamiento y de creación que ayude al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”.

-Según ese criterio, ¿la equidistancia es una injusticia?

“No existe el punto medio. El periodista debe ser valiente para comunicar sus principios sin temor a molestar”.

-¿Dónde está escrito eso?

“En la conciencia. Para escribir se necesita valor y para demostrar valor hace falta tener valores”.

-Sin valores…

“Más vale callar”.

-¿El silencio es rentable?

“Si evitas la mentira, sí”.

-¿Qué significa comprometernos con nuestro tiempo?

“Básicamente, implicarnos en los conflictos sociales”.

-¿Cómo?

“Con una decidida predisposición a explicar el mundo y con valor para tomar posición sobre los acontecimientos”.

-Si el corazón manda sobre el entendimiento sin un control racional de las emociones, ¿la sensatez no caerá presa de los sentimientos?

“Insisto: el compromiso, la honestidad, la veracidad y la rigurosidad informativa son la razón de ser del periodista”.

-Así que la imparcialidad es un mito…

“Las empresas se benefician de la falsa objetividad y los periodistas cumplen unas directrices”.

-No todos son profesionales de la manipulación…

“El miedo impide expresar unas ideas claras en el trabajo cotidiano”.

-No está el horno para bollos…

“Seguramente, no. Sin embargo, se puede mantener una posición personal sin renegar de la profesionalidad”.

-¿El rigor se identifica con la pasión?

“La intencionalidad es lícita y efectiva si está dominada por el rigor y la credibilidad. La pasión nos hace pensar y actuar”.

-¿El futuro está presente?


“La sobresaturación está creando un problema, que hay mucho ruido. La mecánica de la simplificación nos lleva a la desinformación. Habrá que profundizar para enterarnos”.

lunes, 18 de mayo de 2015

Camus y el periodismo

Camus amaba el periodismo. Y también lo odiaba. Lo entiendo. Lo mismo ocurría con García Márquez. “Sufro como un perro cuando leo un periódico”, decía Gabo. Cómo no sentirse así al ver medios tan mal escritos y con tan pocas ideas. Cómo amar este oficio y estar tranquilo al ver que muchos “periodistas” están más preocupados en ser famosos que en ser buenos. Cómo vivir tranquilos si muchos “periodistas” escogen la carrera porque se puso de moda y no por sea una pasión que tuvieron desde siempre.

Que este artículo de María José Mendoza nos sirva para entender la dimensión de Camus, ya no como literato sino como periodista. Tal vez en estas líneas entendamos aun más de qué se trata esto del periodismo y podamos enfrentar mucho mejor la crisis por la que atraviesa.

Disfruten.




“El periodismo es el oficio más hermoso del mundo”. 
Albert Camus



La ética como razón de ser del periodismo.
María José Mendoza


La frase que encabeza este artículo contrasta con otra de cariz bien distinto pronunciada por la editora Jacqueline Lévi-Valensi, responsable de las Obras Completas de Camus, quien dijo que “En el fondo, a Camus no le gustaba el periodismo”. Sin embargo, a tenor de los pensamientos recogidos por el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades Jean Daniels en su libro "Camus. A contracorriente", ambas afirmaciones tienen una concatenación lógica, dado que si algo caracterizó la faceta periodística del gran literato francés fue su ambición por liderar un tipo de periodismo ético, responsable y con una carga de lucha muy alejada del concepto informativo aunque banal que tiene el periodismo en la actualidad, en el que los sucesos, los escándalos y las declaraciones copan la mayor parte de las páginas de los diarios. Desde las columnas del clandestino Combat, que él lideró, utilizó el periodismo como forma de expresión y reflexión contra las grandes amenazas de su época: los totalitarismos y el terror. El paso de Albert Camus al periodismo se produjo en 1938. En esa época impera en su país natal, Argelia, una prensa colonial que reúne todo lo que el escritor rechaza: racismo, vulgaridad intelectual, despotismo capitalista y conformismo. Poniendo en práctica un periodismo como género de literatura comprometida, el autor de ‘El extranjero’ enarboló la bandera de la concepción periodística como información crítica. Y es que, según pone de manifiesto Daniels en sus reflexiones sobre Camus, éste fue un escritor que siempre quiso ser periodista, fruto de una generación arrastrada por los dos grandes dilemas franceses planteados entre 1930 y 1960: el comunismo y la descolonización, dos cuestiones que los intelectuales de Francia vivieron con una intensidad creativa y polémica. Ellos mismos fueron dos grandes amigos y colaboradores. Sin embargo, una diferente concepción de la realidad de Argelia –ambos compartían nacionalidad y pasión por el periodismo– les hizo distanciarse, si bien esa confrontación de matices no impidió que Daniels, fundador de Le Nouvel Observateur, contara en este libro su propia versión de Camus, en la que pone de manifiesto la devoción por la profesión periodística de una de las personalidades más intensas de su época.